Entrevistamos a Ana Ramírez de Ocariz por el Día Internacional de la Mujer Rural
Continuamos con nuestro ciclo de entrevistas a bibliotecarias de zonas rurales de España con motivo del Día Internacional de la Mujer Rural, celebrado el pasado 15 de octubre. Desde el Consejo de Cooperación Bibliotecaria, y en la línea del Compromiso de Urueña, queremos poner en valor la importancia que tienen las bibliotecas públicas y los profesionales que las dirigen para las poblaciones pequeñas.
Hoy, en nuestro recorrido por pequeñas (de tamaño) pero grandísimas (por su trabajo e implicación) bibliotecas de zonas rurales, llegamos hasta la Biblioteca Pública de Cintruénigo. Al frente está Ana Ramírez de Ocariz, una de esas bibliotecarias totalmente entregadas a su comunidad, que trabajan cada día con mucho esfuerzo para mejorar la calidad de vida en su población.
Tanto es así que el Ayuntamiento le otorgó en 2022 el reconocimiento de Mujer popular de Cintruénigo, “por su labor desde hace 22 años como responsable de la biblioteca pública de la localidad, destacando además su labor social y su dedicación para fomentar la lectura entre grandes y pequeños a través de numerosas actividades a lo largo del año”.
¡Comencemos!
- ¿Podrías hablarnos sobre las características particulares de la comunidad en la que trabajas y cómo influyen en tu labor como bibliotecaria?
- Tal y como nos dices, vuestra localidad es lugar de acogida de poblaciones migrantes de varias nacionalidades. Desde la biblioteca, ¿qué actividades especialmente pensadas para esta parte de la población lleváis a cabo?
- ¿Cómo consideras que puede ayudar la biblioteca, por ejemplo, en la integración de las mujeres, jóvenes y mayores, de estas nacionalidades
- El papel de las bibliotecas en el desarrollo de las comunidades rurales es fundamental. ¿Qué opinas sobre el impacto que tienen las bibliotecas en el progreso de tu comunidad en particular?
- Sabemos que te enfrentas a muchos desafíos como bibliotecaria en una zona rural. ¿Podrías compartir con nosotros cuáles son los retos más significativos que has experimentado en tu trabajo?
- Las mujeres desempeñan roles diversos pero cruciales en las comunidades rurales. ¿Cómo se brinda apoyo específico desde la biblioteca para empoderar a las mujeres en tu área?
- ¿Podrías compartir una experiencia o anécdota sobre cómo la biblioteca ha beneficiado de manera significativa a las mujeres en tu comunidad rural?
- En el contexto de la educación y la alfabetización, ¿cómo crees que las bibliotecas contribuyen al empoderamiento de las mujeres en tu comunidad?
- La colaboración y las asociaciones son clave para lograr un cambio sostenible. ¿Cuál consideras que es el papel tanto de la biblioteca como de otras instituciones locales en la promoción de la igualdad de género en las zonas rurales?
- El Compromiso de Urueña se compromete al desarrollo de la biblioteca rural en la España actual. ¿Podrías darnos tu opinión al respecto y cómo crees que podría inspirar a otras comunidades?
- En el marco del Día Mundial de la Mujer Rural, ¿consideras que hay alguna reivindicación o mensaje que te gustaría compartir en tu papel como bibliotecaria?
- Para finalizar, ¿qué mensaje o consejo te gustaría transmitir a las mujeres en zonas rurales que puedan estar enfrentando desafíos similares a los tuyos?
Cintruénigo es un municipio de la Ribera de Navarra que cuenta en la actualidad con 8.106 habitantes, de los cuales, alrededor de un 20% son migrantes. La mayoría son de procedencia africana (949 personas) y americana (845) y el resto de otros países europeos y asiáticos. Hemos de tener en cuenta que en 1998 nuestra población era de 5.475 habitantes, con lo cual el pueblo ha sufrido una gran transformación y a lo largo de estos 25 años se han tenido que ir adaptando los servicios sanitarios, educativos, sociales y culturales para cubrir las nuevas necesidades que han ido surgiendo.
Este proceso ha influido significativamente en mi trabajo como bibliotecaria ya que la biblioteca ha evolucionado a la vez que el municipio y hemos ido añadiendo otros servicios a los que ya dábamos, pues hemos querido ser un lugar de acogida, donde se proporcione información y se fomente la convivencia y participación de toda la comunidad en las actividades formativas y culturales.
Al cabo de estos años se ha puesto de manifiesto la necesidad de establecer una comunicación y colaboración permanente con los agentes sociales, sanitarios, educativos y culturales de la localidad. Por suerte actualmente contamos con trabajadoras y educadoras sociales, promotoras educativas y una nueva figura que es la Técnico en Convivencia Intercultural y Lucha contra el Racismo y la Xenofobia (TECIR) y se ha creado una “mesa de convivencia” de la que la biblioteca forma parte junto con todos estos agentes locales mencionados.
Además de los agentes que he mencionado, el municipio cuenta con un tejido asociativo variado, numeroso y muy activo que incluye varias asociaciones de mujeres magrebíes y malienses y de personas latinas que organizan muchos actos y con las que también estamos en contacto.
Siendo conscientes de la dificultad de conectar con la población migrante, sobre todo la de procedencia magrebí, diría más bien que estamos atentos y abiertos a las iniciativas que nos trasladan los miembros del foro de convivencia, y que aprovechamos esta relación para asegurarnos de que la difusión de todas nuestras actividades llega a gran parte de los migrantes.
De la misma manera que vienen a conocer la biblioteca el grupo de mujeres de la “Asociación Alhama” inscritas en el curso de cultura general, lo hacen los distintos grupos de adultos de enseñanzas iniciales y español. Estas visitas las realizamos para adultos que se están formando sin tener en cuenta su origen.
Por ejemplo, en la celebración del Día del Libro, desde hace muchos años hacemos lectura pública y procuramos la presencia de distintas nacionalidades dando la posibilidad de hacerlo en sus propios idiomas.
Algunas de las actividades que cuentan con mayor participación de esta parte de la población son los cuentacuentos. En los años de crisis, en los que no contamos con presupuesto para contratar, pedimos colaboración de voluntarios: madres, padres, abuelos, … pero resultó además que la idea tuvo una gran acogida entre niñas de procedencia magrebí que acudían habitualmente a la biblioteca y se convirtieron en narradoras y actrices de nuestro “Cuéntame un cuento”. Esta actividad fue interrumpida con la llegada del COVID y está costando recuperarla.
Desde entonces, contamos con una gran colaboradora, Hind Benabid, que sigue contando historias cuando sus estudios se lo permiten y además hace de traductora en esas visitas de grupos magrebíes que he mencionado. También nos lee los nombres árabes cuando en el Día del Libro hacemos la entrega de “Mi primer libro” a los bebés nacidos durante el último año.
Sin embargo, la actividad de “Bibliotecari@s por un día” hemos logrado ponerla de nuevo en marcha con éxito desde el año pasado. Aunque va dirigida a estudiantes de los últimos cursos de Primaria, en ella participan sobre todo niñas que aprenden la organización de la biblioteca y participan de algunas de las tareas que realizamos habitualmente.
También con la actividad “Leo mientras espero” intentamos dar a conocer la existencia de la biblioteca y fomentar la lectura entre la población infantil (la más numerosa entre los migrantes) instalando un punto de lectura en la sala de espera de pediatría en el Centro de Salud, que es un lugar de asistencia asegurada. En este momento estamos en proceso de cambio ya que vamos a poner otro punto de lectura para adultos y hemos conseguido que la actividad se extienda a todos los pueblos de nuestra área de salud.
Otra experiencia muy positiva en cuanto a participación ha sido la organización de varias “Jornadas Interculturales” con cuentos y juegos al aire libre en los que tuvimos colaboración de adolescentes y mayores de distintas culturas.
Las bibliotecas públicas son espacios abiertos, accesibles y gratuitos para toda la población en los que fomentamos la participación ciudadana sin tener en cuenta la raza, el género, la nacionalidad o cualquier otra característica y, por tanto, son un lugar idóneo para que las mujeres que acompañan a sus hijos o a sus hermanos a estudiar, a coger libros en préstamo, o a escuchar una charla sobre cualquier tema, se encuentren con personas que en ese momento tienen sus mismas necesidades, o sus mismos gustos y compartan el mismo espacio. Por eso, debemos proporcionar un espacio agradable, acogedor, con las mismas reglas para todas las personas, en el que las niñas se sientan una más y puedan participar con libertad en cualquier actividad que se organice. Un lugar en el que puedan experimentar el sentimiento de pertenencia a la comunidad y desarrollar sus habilidades sociales, donde encuentren también el silencio y la tranquilidad para estudiar que en sus casas muchas veces no tienen.
La sociedad se ha ido transformando y se ha ido incorporando, casi imponiendo, un cambio tecnológico del que muchas personas no pueden participar y acuden a la biblioteca en busca de ayuda para poder realizar sencillos trámites para lo que no están preparados, bien por falta de medios, de formación, y en muchos casos, por desconocimiento o falta de dominio del idioma. Así pues, la alfabetización mediática e informacional ha pasado a tener un protagonismo muy importante en nuestro día a día.
Aunque se organizan numerosos cursos de formación y actualización digital por parte del Ayuntamiento y Gobierno de Navarra, sigue siendo necesario poner al alcance de toda la ciudadanía el acceso a internet y a la información con el asesoramiento del personal bibliotecario.
Lo mismo pasa con la oferta cultural, la programación es muy amplia y variada (teatro, música, danza, fiestas gastronómicas) pero hay algunas actividades más bien minoritarias que no se incluyen: presentaciones de libros, conferencias, recitales poéticos, exposiciones, narraciones para adultos… y la biblioteca intenta cubrir ese hueco cultural menos vistoso de forma gratuita para que el precio de la entrada no sea un obstáculo.
En este sentido nos hemos integrado en el proyecto colaborativo de “Bibliotecas de Semillas” promovido por la Red de Bibliotecas de Navarra por medio del cual tratamos de recuperar nuestra cultura tradicional: palabras, refranes y semillas a través de distintas actividades que están teniendo muy buenos índices de asistencia y contribuyendo a que se acerquen a la biblioteca muchas personas que no lo hacían habitualmente o no lo habían hecho nunca. También se ha detectado que hay personas que ya compartían la curiosidad y el interés por la agricultura ecológica y la recuperación del cultivo tradicional de la huerta, a la vez que se ha generado interés en personas que no lo habían mostrado con anterioridad, creándose lazos y dinámicas de trabajo con algunos grupos específicos, como centros escolares, grupos de consumo, productores locales o colectivos relacionados con la agroecología.
Creo que el mero hecho de disponer de libros y materiales actuales y de calidad en las bibliotecas gratuitamente hacen que mejore la formación básica, se favorezca el estudio y el gusto por la lectura y se enriquezca el desarrollo personal de la población a la que servimos.
No quiero dejar de destacar la actividad del grupo del Club de lectura existente desde hace 12 años que ha creado una red de relaciones con distintas instituciones locales para fomentar la lectura. Una de las más enriquecedoras está siendo la de “Lecturas en compañía” que realizamos cada semana desde hace más de un año a dos grupos de mayores de la Residencia de Ancianos.
Después de 36 años trabajando como bibliotecaria rural creo que el reto más significativo al que me he enfrentado ha sido la aparición de las nuevas tecnologías de la información, ya que ha supuesto cambios importantes en nuestra función que ha necesitado ir acompañada de formación continua específica para satisfacer las necesidades de los usuarios. La idea de una biblioteca como lugar en el que sólo se consultan y se prestan libros ha desaparecido.
Además, la llegada de población migrante a la localidad, como ya he comentado antes, ha supuesto un verdadero reto en cuanto al desarrollo diario de mi trabajo pues continuamente recibimos a personas recién llegadas que necesitan utilizar nuestro servicio y es muy difícil comunicarse con ellas por el desconocimiento del idioma y del comportamiento adecuado ya que nunca han pisado una biblioteca. A esto se suma el hecho de que trabajo sola es muy complicado llevar al día las tareas diarias.
Las mujeres participan mayoritariamente en las actividades de la biblioteca. Como ya he comentado, colaboramos con las dos asociaciones de mujeres que existen en la localidad y contamos con su participación a la hora de celebrar el Día Internacional de la Mujer y el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer , fechas clave en las que preparamos centros de interés, cuentacuentos y talleres infantiles sobre esta temática, y distintas asociaciones hacen lecturas breves de biografías de mujeres a través de las redes sociales. Por otro lado, cualquier iniciativa que ambas asociaciones propongan cuenta con nuestro apoyo y difusión.
También para estas fechas las lecturas que elegimos para nuestra tertulia del club están escritas y protagonizadas por mujeres.
Tenemos en activo a varias mujeres de edad muy avanzada a las que toda su vida les ha gustado leer y tienen el carné de la biblioteca. Ambas gozan de buena salud física, una agilidad mental envidiable y son grandes defensoras de la lectura, la biblioteca y el empoderamiento de la mujer.
Una de ellas es la actual abuela de Navarra, tiene 108 años, que asiste cada martes en la Residencia a las “Lecturas en compañía” y todavía recita algunos poemas de García Lorca. Cuando le preguntan por el secreto de su longevidad, siempre dice: tomar el sol y leer mucho.
La otra señora, con sus 92 años, sigue viniendo con su andador a devolver y coger libros prestados, ésta fue la primera mujer casada que se hizo el carné cuando se instauró el préstamo en la biblioteca de nuestro pueblo. Al coincidir con las niñas no deja de as a que sigan leyendo y estudiando y a valorar la suerte que tienen de poder tener una biblioteca.
Tenemos un papel fundamental en la alfabetización y la educación permanente y por ello debemos de apoyar y organizar actividades que las promuevan. La alfabetización es una herramienta clave para promover los derechos de la mujer, es el primer paso para conseguir esa formación que les haga posible transformar y mejorar su salud y calidad de vida.
Como ya he mencionado, en el caso de nuestra localidad la biblioteca colabora y está a disposición tanto de las aulas de alfabetización y de aprendizaje de español como de las de educación permanente y digital que organizan los servicios sociales, Cruz Roja, las asociaciones de mujeres y el propio Ayuntamiento y Gobierno de Navarra.
En las charlas de nuestro proyecto de “Biblioteca de Semillas” hemos reivindicado y puesto de manifiesto el trabajo fundamental de las mujeres en la custodia de los conocimientos ancestrales, de la alimentación y el cuidado de la salud.
La colaboración entre los agentes sociales, sanitarios, educativos y culturales es fundamental y todos debemos contribuir a la visibilidad de las mujeres en todos los ámbitos.
En las bibliotecas tenemos que proponernos completar nuestras colecciones con obras de escritoras en todos los ámbitos, que han sido ignoradas por el hecho de ser mujeres para que sirvan como referentes y ejemplo a las niñas y mujeres jóvenes.
También a través de la organización de talleres, cuentacuentos y otras actividades para la población infantil y juvenil que promuevan la superación de la desigualdad y favorezcan el pensamiento crítico.
Me parece un documento muy completo en el que se adquiere el compromiso de dotar de servicio de biblioteca a todos los lugares de España considerándolo una garantía para conseguir la igualdad de oportunidades en el medio rural. También alude al reconocimiento de profesionales y diversidad de servicios y creo que supone un gran avance. ¡Ojalá se haga realidad!
Como bibliotecaria me gustaría reivindicar nuestro papel como integradoras sociales y dinamizadoras culturales, haciendo maravillas con presupuestos escasos y estando solas al frente de la biblioteca.
Y como mujer de pueblo también quiero poner de manifiesto el papel que las mujeres han tenido y tienen en el desarrollo de los pueblos y reivindicar la dotación de servicios para que la igualdad de oportunidades sea un hecho y no suframos ninguna discriminación por residir en un pueblo.
Un mensaje de ánimo y fuerza para que no se encojan ante las dificultades que les puedan surgir, que busquen apoyo y se relacionen con otras mujeres o grupos que compartan sus mismas inquietudes y proyectos y que aprovechen las ventajas de vivir en un pueblo en cuanto a la cercanía y el conocimiento de los vecinos y vecinas.
Desde el CCB, queremos expresar nuestro agradecimiento por el entusiasmo y el gran trabajo de estas bibliotecarias. Las animamos y apoyamos en su continuo esfuerzo por llevar a cabo la importante labor que realizan.
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