El Institut Municipal d´Educació i Biblioteques de Calvià (Mallorca) ha sido galardonado con la distinción del Sello CCB 2024 en la categoría de Bibliotecas Públicas más de 10.000 habitantes, por su proyecto de innovación bibliotecaria titulado ‘Feim Tribu’.
Esta iniciativa busca ofrecer un apoyo integral a las personas cuidadoras de bebés. Su objetivo es llenar el vacío de apoyo comunitario y profesional, proporcionando un espacio seguro y enriquecedor donde las familias puedan compartir experiencias, recibir asesoramiento y fortalecer sus vínculos comunitarios.
Hoy entrevistamos a Cristina López Moragues, una de las principales responsables de este novedoso proyecto, cuyo principal éxito radica en ofrecer un servicio útil y necesario, que nadie más ofrece, y que ha logrado convertirse en toda una referencia para las familias con bebés del municipio de Calvià.
1. ¿Cómo surgió la idea de desarrollar el proyecto “Feim Tribu” y qué necesidades detectadas en la comunidad os llevaron a impulsarlo desde la biblioteca?
La idea surgió como una oportunidad de acercar la biblioteca a las familias con hijos muy pequeños, que muchas veces no la ven como un espacio para ellas. Queríamos ofrecer un lugar amable donde pudieran estar tranquilas, compartir dudas, apoyarse entre ellas y empezar a crear red.
En nuestras bibliotecas ya contábamos con un fondo especializado en crianza, salud emocional y literatura infantil y queríamos dar un paso más y no solo poner los libros a su disposición, sino invitar a las familias a entrar, a vivir la biblioteca. Supimos de forma informal que otro departamento del Ayuntamiento estaba trabajando en la misma idea, así que decidimos unirnos y sumar esfuerzos.
2. El proyecto se dirige a familias con bebés de 0 a 18 meses. ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con este grupo de edad tan temprano y con sus cuidadores? ¿Podéis compartir alguna anécdota o momento significativo?
La experiencia ha sido muy enriquecedora. Lo más bonito es que, aunque estas familias al principio no ven la biblioteca como un sitio para ellas, porque se suele pensar que hay que estar en silencio o que no es un lugar para ir con bebés, una vez deciden venir, llegan con ganas de participar y de aportar. Y enseguida se sienten en casa.
Se crea un ambiente de confianza y colaboración muy natural. Un ejemplo precioso es que fueron las propias madres quienes propusieron hacer un pequeño intercambio mensual de ropa de bebé, la que ya no les sirve a sus hijos, la traen para que otra familia pueda aprovecharla. Eso muestra cómo se construye comunidad desde lo cotidiano.
Y hay historias que nos tocan especialmente. Como la de una mamá que, cuando era niña, venía a esta misma biblioteca y veinte años después vuelve como madre, formando parte de la tribu. Ver cómo ese vínculo con la biblioteca se mantiene y se transforma a lo largo de la vida es muy emocionante.
3. La colaboración con profesionales del ámbito sanitario ha sido clave. ¿Cómo surgió esta alianza y qué valor aporta esta sinergia al acompañamiento y la orientación de las familias en el cuidado de sus bebés? ¿Podríais explicar cómo se desarrolla una actividad y cómo se establece esta cooperación?
Esta colaboración surgió de manera natural, casi por intuición comunitaria. Desde bibliotecas ya contábamos con una matrona jubilada voluntaria, y supimos que otro departamento municipal estaba trabajando en ideas similares. Servicios Sociales, por ejemplo, ya había contactado con el centro de salud, así que lo que hicimos fue unir fuerzas para crear algo conjunto. Hoy el proyecto es una suma de esfuerzos entre distintas áreas del Ayuntamiento y los profesionales del centro de salud.Las sesiones tienen una estructura sencilla: se celebran una vez por semana en la sala infantil de la biblioteca. Comienzan con la charla de algún profesional, que trata un tema que interesa a las familias como puede ser la lactancia, el desarrollo del bebé o la mejor sujeción en el vehículo. Después se abre un espacio de diálogo, donde se pueden compartir dudas, inquietudes o simplemente hablar de su experiencia.
La bibliotecaria también participa orientando sobre lecturas relacionadas con el tema del día, recomendando cuentos para los bebés o libros para madres y padres. Todo ocurre en un ambiente distendido, sin formalidades, donde la información se transmite con lenguaje claro, directo y cercano. Lo más importante es que las familias se sientan escuchadas, acogidas y acompañadas.
4. “Feim Tribu” promueve el vínculo con la biblioteca desde edades muy tempranas. ¿Qué beneficios habéis observado en términos de socialización, lectura o vínculo con el espacio bibliotecario?
Uno de los cambios más bonitos ha sido ver cómo la biblioteca se convierte en un lugar natural para las familias. Ya no es solo “ese sitio donde se cogen libros”, sino un espacio de encuentro, juego, diálogo y lectura compartida.
Los bebés se familiarizan con los cuentos desde el principio y eso despierta su curiosidad. Las personas cuidadoras, además, se sienten acompañadas y encuentran en la biblioteca un recurso que les ayuda en muchos aspectos de la crianza.
5. Además del impacto en las familias participantes, ¿habéis notado algún cambio en el uso general de la biblioteca, como el tipo de fondos solicitados, la participación en actividades u otros indicadores?
Sí, hemos notado varios cambios importantes. Por un lado, muchas familias que han participado en “Feim Tribu” han empezado a usar más la biblioteca interesándose por libros sobre crianza, cuentos para bebés, y se animan a participar en otras actividades. También traen a otras familias, recomiendan el espacio, y lo sienten suyo.
Pero quizá lo más relevante es cómo ha cambiado la percepción sobre nuestro trabajo. A través de “Feim Tribu”, han descubierto otra cara de la biblioteca y del papel de quien la atiende. Ya no se ve a la bibliotecaria solo como alguien que organiza libros, sino como una figura accesible, que acompaña sin invadir, que escucha sin juzgar, que pone recursos a disposición de manera útil y cercana. Ha quedado claro que desde la biblioteca también se puede cuidar, crear comunidad y estar al servicio de las personas.
6. La dimensión comunitaria del proyecto es muy relevante. ¿Qué repercusión ha tenido en el municipio de Calvià y qué tipo de respuesta habéis recibido de la ciudadanía y de otras instituciones?
La repercusión en Calvià ha sido muy positiva. El proyecto ha generado mucho interés no solo entre las familias participantes, sino también en la comunidad en general. La prensa y la radio locales han dado visibilidad a la iniciativa, destacando su valor como espacio de acompañamiento, cuidado y conexión comunitaria.
Además, muchas personas que han conocido el proyecto, aunque no hayan participado directamente, nos han hecho llegar comentarios muy emotivos, como: “Ojalá hubiera existido algo así cuando fui mamá”. Ese tipo de reacciones nos confirma el acierto del proyecto.
Y más allá del municipio, instituciones como el Consell de Mallorca y el Govern Balear han mostrado su reconocimiento al valorar el proyecto como una buena práctica. Para nosotras ha sido muy importante sentir ese respaldo, porque pone en valor el trabajo hecho desde lo local y lo comunitario.
7. ¿Qué os motivó a presentar el proyecto al Sello CCB 2024 y qué significa para vosotros haber obtenido esta distinción?
Decidimos presentarlo porque creíamos firmemente en el valor del proyecto. Sentíamos que “Feim Tribu” reunía muchos elementos que lo hacían especial al destacar el trabajo conjunto entre áreas del Ayuntamiento, el compromiso de los profesionales sanitarios, el espacio acogedor de la biblioteca y el fondo bibliográfico pensado para acompañar a las familias.
Más allá de los resultados, teníamos la convicción de que estábamos haciendo algo con sentido, útil y replicable. Haber recibido el Sello CCB nos ha dado una alegría enorme, porque confirma que estamos en el camino correcto, y sobre todo, que las bibliotecas pueden ser espacios vivos, útiles y transformadores, reafirmando la idea de que las bibliotecas públicas pueden ser espacios de apoyo real y de construcción de comunidad.
8. ¿Cómo animaríais a otras bibliotecas públicas a presentar sus proyectos a próximas convocatorias del Sello CCB?
Los animaríamos sin dudarlo. Desde las bibliotecas se hace un trabajo increíble, pero a veces queda en silencio, sin visibilidad. Presentar un proyecto al Sello CCB es una forma de poner en valor todo ese esfuerzo cotidiano, de compartir lo que funciona y de demostrar que, incluso con recursos limitados, se pueden hacer cosas muy valiosas.No hace falta que el proyecto sea perfecto ni grande. Lo importante es que tenga sentido, que esté conectado con las personas y con su realidad. Si ayuda a crear comunidad, si mejora la vida de la gente ya merece ser contado.
Además, preparar la candidatura es también una oportunidad para parar, mirar lo que se ha logrado y sentir orgullo por el camino recorrido. Y si encima llega un reconocimiento como el Sello CCB, es una alegría enorme para todo el equipo, y una forma de darle fuerza al proyecto para seguir creciendo y compartiéndose.
Desde el Consejo de Cooperación Bibliotecaria queremos dar la enhorabuena, agradecer su compromiso y su dedicación a los ganadores del Sello CCB 2024 en esta categoría. Del mismo modo, animamos a otras bibliotecas que participen en próximas convocatorias.
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